PX1: HACIENDO RAP FRONTERIZO DESDE LAS VOCES DE LAS JUVENTUDES

1 febrero, 2022

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Conocí a Ponce en 2016, cuando se desempeñaba como tallerista del proyecto “Nadie tiene que morir en esta canción”, parte de un programa de desarrollo artístico y cultural en el Estado de Chihuahua. La escucha pausada de su música y su trayectoria, fueron el parteaguas para entender el rap desde un territorio distinto: desde la frontera norte de México.

Si de algo estoy segura, es que el rap nos ayuda a retratar historias de vida en pocas líneas y, al escucharlas, nos sentimos parte de ellas. Es decir, podemos vivir otras vidas y reflejarnos, aunque no estemos cerca. Ponce (PX1), además de su faceta como artista, rapero y gestor, es un agente de cambio. Un promotor comunitario que gusta de estar cerca de más jóvenes para acompañar sucesos cotidianos que impactan de manera directa la vida de la población en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Los títulos que dejo en esta nota son algunas de las canciones que componen la discografía de Ponce. Su producción musical, a la par de otras actividades recientes como la escritura y la fotografía, se complementan para activar nuestros sentidos, para dialogar con él. Ponce, con frecuencia, nos invita a viajar con él a su pasado, observar con detalle su presente e imaginar con él su futuro.

“Don’t stop, nada nos detiene”

Ponce (PX1) es un rapero originario de Ciudad Juárez. Sus primeros encuentros suceden en 2003 cuando él y otro grupo de jóvenes deciden conformar una agrupación de rap que capturará la realidad que se vivía en su barrio. Actualmente pertenece al colectivo MyHoodMx. Egresado de la licenciatura en Educación en la UACJ y colaborador de una Organización civil donde coordina una incubadora de Hip hop para apoyar y financiar proyectos juveniles. Su discografía está compuesta por tres Mixtapes: 1) Sigue el Juego (2008) 2) Once (2016) 3) Anti hegemónico (2017).

Ha trabajo en diversos proyectos sociales asociados con la música entre los que destacan: 1) Poniente Imperio: Recopilación de rap del poniente de ciudad Juárez (2008); 2) Estudio de grabación “Rap para todos” (2009); 3) Performance: No todo está perdido en colaboración con el centro Fred Newman Institute y el East Side Insitute de New York (2010); 4) Gestión y elaboración del disco “Nadie tiene que morir en esta canción”; 5) Cracks del Norte 1 y 2 (Batalla de ligas escritas); 6) Tira Flow: encuentro para compartir saberes sobre rap (2016-2019). Actualmente trabaja en el proyecto “Hood Skills” una iniciativa que intenta mejorar la relación de las cultura urbanas y juveniles y el mundo escolar.

“Solo quiero”

Reflexionemos un momento, ¿quién no ha querido hacer una lista de deseos, de mejoras para su barrio, su ciudad o su país? Ponce lo hizo en su canción “Solo quiero”, canción en la que nos retrata distintas realidades mientras su lírica complementa esos deseos. Es padre, hijo, hermano, amigo, educador, tío, vecino. Ponce, en donde se encuentre, estará rodeado de personas a las cuáles siente que debe aprender algo y, por supuesto, aportar algo.

Las infancias y juventudes son elementos que están presentes, tanto en la producción audiovisual como en la vida de Ponce. Nacer y vivir en espacios periféricos y fronterizos afina la mirada y las maneras de entender el mundo. Las calles por las que Ponce camina son la de cientos de personas que las recorren día a día, pensando en lo que quieren para sus familias, para sus hijos, para sus parejas.

Tu, que estás en el norte, centro o sur. Que despiertas y piensas desde Chile, Bolivia, Argentina, México, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Nicaragua… ¿Qué es lo que quieres?

“Morder o ser mordido”

“Afilamos los dientes
y apretamos los nudillos
defenderse en estos ‘lares no ha sido nada sencillo
nunca faltan los gatos con el dedo en el gatillo
me cansé de encontrar larvas al buscar en mis bolsillos”

Otra característica de Ponce, en especial de su producción musical, radica en la cercanía que nos provoca al escuchar cada una de las voces que inyecta en Morder o ser mordido, pues relata la realidad a la que muchos jóvenes en Ciudad Juárez se enfrentan, ya sea por la falta de trabajo y deserción escolar. Contextos en donde la violencia y el crimen organizado reclutan jóvenes, en donde las únicas opciones que tienen es sumarse a actos delictivos o morir al tratar de salir de ellos.

Ciudad Juárez es un territorio ajeno, árido, periférico, en el que su condición de frontera hace de esos espacios “tierra de nadie”. Muchos otros raperos como Ponce, incluyen en sus narrativas fragmentos de historias de vida de amigos, conocidos, familiares, personas que han muerto en la defensa de su vida, ya sea dentro de la misma ciudad o en el intento de cruzar la frontera, el ya conocido Rio Bravo, tratando de hacer real el “Sueño Americano”. Por eso, es que muchos jóvenes se quedan con este imaginario, de una mejor calidad de vida.

“El elefante”

Reconocer el trabajo de Ponce, no solo como artista sino como un agente de cambio y promotor comunitario, es conocer la Asociación a la que pertenece: CASA, Promoción Juvenil. Ponce llega a este espacio de la mano de su maestra Tere Almada, quien vio en él ese espíritu de lucha, templanza y sensibilidad desde la música y el discurso.

En cada pieza musical, Ponce nos invita a escuchar todas y cada una de las voces que hacen de su vida el reflejo de muchos otros jóvenes con miedos, ilusiones, sueños, sacrificios, ausencias, pérdidas, avances, éxitos. Las charlas que Ponce ha tenido la oportunidad de compartir con las juventudes en el Norte de México le han permitido transmitir la pasión hablando de lo que más le gusta: el Hip Hop. Y ahora, recientemente, en la fotografía ha encontrado una manera de paralizar el tiempo y captar algunas postales de su ciudad. Una ciudad que resiste, que vibra y goza.

Vivirse en el Hip hop es abrirse a los demás, es entretejer el amor de este movimiento con quienes están cerca de nosotros. Es dejarse encontrar por la inspiración, la creatividad, la palabra y la acción en los espacios más cercanos que tenemos: la comunidad. Conocer con paciencia las trayectorias de estos artistas es descubrir otros mundos de colores, de música, de emociones por experimentar.