Jueves, 21 de Noviembre de 2024
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BREVE REFLEXIÓN A PROPÓSITO DEL VANDAL GRAFFITIY LOS FLOPS EN EL TECHO DEL MUSEO BELLAS ARTES

Escrito por Habitual.

Las distintas maneras a través de las cuales expresiones populares como el graffiti se canalizan al momento de irrumpir en la visual urbana, son sin duda resultado del contexto y la realidad social del territorio en el cual se sitúan. 

El graffiti, como rama del movimiento hip hop, se manifestó desde sus orígenes al margen de la legalidad como un acto de protesta y transgresión de la estética de la ciudad por parte de jóvenes pertenecientes a zonas periféricas. En su forma activa, el graffiti al ser esencialmente callejero, rompe con la lógica del arte de museo, sacando la obra del “recinto cerrado” y trayendo la exposición al espacio público, donde la entrada es abierta y al alcance de cualquiera.

Se sabe también que, con el tiempo, disciplinas como esta van complejizando su técnica y modos de distribución, pudiendo tomar múltiples formas y optando algunas veces quienes las ejercen, por el camino de la profesionalización de su trabajo, por lo tanto, para ello se plantean la necesidad de abrirse a vender su material en espacios que representan la institucionalidad, la academia y las élites culturales. 

No queremos en este artículo cuestionar la validez de las diferentes maneras de posicionarse que pueda desarrollar un@ artista de graffiti -creemos que es un tema para debatir en colectividad, ya que incluso dentro de nuestro equipo hay variadas visiones- pero dada la coyuntura, vemos la importancia de pronunciarnos como medio de comunicación Hip Hop, recordando la naturaleza contra cultural y popular de la filosofía que hizo a este movimiento esparcirse por el mundo como una herramienta creativa y expresiva de los sectores marginados de la sociedad. 

ImperioH2 reivindica el graffiti en todas sus formas, incluso las más disruptivas y reconoce la audacia de llegar a lugares como ese, romper parámetros y provocar la reflexión sobre la hegemonía cultural de las instituciones y el sentido histórico, social y político del arte.

Preguntamos a Antu Hozeh, graffitero con 17 años de trayectoria que ha participado en crews como 12 Brillos y Artehaga, y a Cami Na, grafitera desde 2006 y parte del colectivo Pintoras Callejeras su opinión sobre los flops en el techo del museo. Estas fueron sus respuestas:

Antu Hozeh: 

Bajo la lógica del control todo lo que se salga de sus parámetros es considerado vandalismo. El escándalo que se genera por el supuesto daño a un edificio sería más lógico que se produjera cuando una forestal destruye un bosque nativo. Para quienes nos dedicamos al graffiti cada espacio de la ciudad es un lienzo.”

Cami Na:

El graffiti nace en la marginalidad, y uno de sus prismas, es la reproducción del tag por todas partes. Difícilmente lo institucional y patrimonial puede dialogar con el graffiti, aunque existan intentos de institucionalizar el graffiti en algo que termina siendo una apropiación estética que lo descontextualiza. En este sentido, creo que lo que se hizo en la cúpula del Museo responde a los principios del graffiti, y que la percepción estética o moral que se tenga de ésto, no puede olvidar que la noción misma de lo que es el patrimonio no se hace cargo en esos espacios de su elitismo y, muchas veces , de su clasismo. El graffiti tiene sus propios códigos, y juzgarlos desde la lógica institucional, es no entender el origen y las motivaciones. Yo creo que la pintura callejera es un arma que debe contestar a problemas contingentes, como canal de identidad, visibilización y denuncia”.

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roberto.padillafuentes@gmail.com