Violadores de Verso hace sentir que cada concierto es el primero.
La escena musical rapera de España siempre ha destacado en el público que prefiere la musica de habla hispana. Son muchos los grupos ibericos reconocidos en nuestro país, pero ninguno de estos tiene tanto el respeto y la experiencia como Violadores del Verso.
Doble V hace que aquel rapero que los haya escuchado por primera vez, por ahí por el año 96, ahora en el 2011 sea un fanatico de tomo y lomo. Ya son innumerables las ocasiones que la banda se han presentando en Chile, y en cada show sorpende a sus fans por la calidad escenica y musical que muestran en vivo, pero por sobre todo, porque rompen la línea característica artista/publico. Al contrario, ellos siempre se han sentido cercanos a la gente y hace que cada show no sea para un publico que pagó una entrada, sino que para los amigos, y eso encanta a sus seguidores. Por ende, las entradas a sus directos se venden tan rápido.
Uno de sus seguidores, «Insano», reconocido emcee de Sinsimil Mcs, nos envió ésta nota sobre la presentación de Violadores del Verso, en la Cúpula del Parque O’Higgins del pasado 15 de noviembre.
Antes de que empiece a leer esta crónica, le advierto que soy fan de Violadores del Verso. Si quiere leer una columna imparcial, está en el lugar equivocado.
El movimiento comenzó temprano en el Parque O’Higgins. Varias horas antes del evento ya se veían raperos y raperas rondando el Teatro La Cúpula, que está emplazado en uno de los principales pulmones verdes de la Capital de Chile, lugar ideal para hacer la previa del concierto.
Con bastante anticipación, los asistentes comenzaron a hacer la fila para ingresar, y al parecer tanta fue la anticipación, que la tremenda cantidad de fanáticos que se apostaron en la entrada del lugar sobrepasaron la escasa seguridad dispuesta por la organización (principalmente mujeres), provocando una avalancha humana que perfectamente podría haber terminado de mala forma, cosa que afortunadamente no ocurrió. Pasado esto y sin hechos que lamentar, las cosas volvieron a la calma y la gente pudo entrar de forma ordenada.
A las 21 Hrs. puntualmente, saltó al escenario DJ Pequeño (más conocido por sus sets Dancehall que por el Rap estricto), quien intentó amenizar la espera al respetable. Digo «intentó» porque el público de Doble V es distinto al que frecuenta conciertos de grupos estadounidenses, por ejemplo.
Ni Dr. Dre, ni Snoop Dog ni ninguno de los próceres del Hip-Hop fueron capaces de acallar las pifias de la gente que, ansiosa, aguardaba el plato central y único de la jornada.
Así, a las 22 Hrs. casi exactas, se baja el aproblemado DJ nacional y sube al escenario todo el aparataje logístico de los españoles, verificando que estuvieran dadas las condiciones para empezar la fiesta. Y como suele suceder, Ramón (Manager del grupo) da el Ok y salta a las tablas el director de orquesta, R De Rumba, para darle play a las tornamesas y enfervorizar a los asistentes que, en una especie de sinergia, comenzaron a acercarse a la reja casi en trance, porque la espera acababa, los Violadores del Verso, el grupo más grande que haya conocido el rap en nuestro idioma, comenzaba una nueva presentación en Chile.
Salen a escena Kase-O, Lírico y Sho Hai haciendo explotar la Cúpula, y con ellos prácticamente todos los éxitos que les conocemos, y que les han dado el sitial que hoy ostentan. “No es ningún trofeo noble”, “El rey de las cantinas”, “Marrones, morenas, coronas”, “Ballantines”, “Vivir para contarlo” fueron solo algunos de los hits que regalaron a la fanaticada, además de interpretar algunas de sus últimas canciones. Mención aparte merece el apoyo que el grupo brindó al Hip-Hop local y especialmente al movimiento estudiantil chileno, a través de Kase-O, quién tomó el micrófono para arengar a los jóvenes e instarlos a continuar con la lucha. No podía ser menos, viniendo del intérprete de “Trae ese ron”.
Describir el show de los zaragozanos es simple: Bordea la perfección. Es compacto, muy bien armado, con excelente manejo de los tiempos y las situaciones, con un conocimiento absoluto, de memoria de los tres Mcs, manejado desde atrás por Rumba que, sin duda, es el cerebro de la agrupación. Y más allá de los indiscutibles atributos artísticos de los españoles, Violadores del Verso tiene algo que ningún otro grupo de Rap que haya visitado antes Chile tenga; Forma comunidad, ya que entre los seguidores de los maños se forma una especie de complicidad, de familia, fomentado por el grupo mismo que arriba del escenario sonríe, se abrazan y sorprenden con las reacciones del público, pese a todos sus años de experiencia. Ellos hacen sentir que cada concierto es el primero. Este es un valor agregado, un plus que hace que Doble V sea diferente a todos los demás, un grupo con un séquito fiel (casi una hinchada), muy querido y cercano para todos.
Una postal que grafica lo antes dicho, son los cuatro integrantes del grupo recién acabado el concierto, felicitándose entre sí y cerrando la exitosa jornada despidiéndose del agradecido y extenuado público a la usanza de los actores de teatro, abrazados de la cintura, reverenciando a sus seguidores todos al mismo tiempo. El aplauso surgió espontáneo, fue cerrado y no duró menos de un minuto. ¡Chapeau!.
De esta manera, acabaron un poco más de dos horas de concierto. Jornada redonda e impecable para los europeos que, sin duda, regresan a sus casas con un grato sabor de boca, y con la convicción de que Chile es la mejor plaza del Rap en Sudamérica.
En tanto, el regreso a nuestros hogares fue largo y tarde, pero como alguien dijo por ahí… La ciudad nunca duerme.