PATRULLA ROJA: EL HIP HOP SE VA VIVIENDO
Escrito por Áryda
Cuando hablamos de Hip Hop, cuando intentamos conocer más lo qué es o de dónde viene, hay altas probabilidades de que encontremos en su historia algunos caminos que están fuera de lo comercial. Son esas iniciativas que se introducen con otros sectores de nuestras comunidades, en distintas regiones de nuestros países.
En esta nota vamos a conocer un poco más del trabajo de Patrulla Roja: un colectivo enfocado en aspectos del Hip Hop, como el breaking, en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, México. Un territorio que queda al sur del país y que se conoce por su presencia política y organizativa en todo el mundo. Desde allá, el Hip Hop se resignifica y se toma desde otras perspectivas.
Otros mundos son posibles
Al sur de México se encuentra Chiapas, un estado que es frontera con Guatemala y que ha sido un punto importante para la consolidación de un movimiento de alcance internacional desde 1994: El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Frente a las dinámicas capitalistas y la elevación de los monopolios comerciales que nos consumen vorazmente, este movimiento de resistencia, desde sus inicios, tuvo una base crítica y política desde el socialismo y el marxismo.
Maestros, médicos, campesinos, mujeres han demostrado que la política se puede basar en la escucha, el diálogo y la atención de necesidades comunales para avanzar hacia un bienestar común. Que las violencias, vistas en todas sus formas, vienen desde arriba. Y que es resistencia poder entender y encontrar otras maneras de como fortalecer los lazos más cercanos.
En estas décadas, el reconocimiento que se tiene de estos territorios a partir del Ejército Zapatista fue una fuente de conocimientos y cuestionamientos para muchos colectivos con objetivos políticos distintos. Hombres, mujeres, infancias, juventudes que tienen afinidad con estos principios y prácticas, han tomado de ejemplo estas movilidades para hacer comunidad andando y aprendiendo en conjunto, respetando la diversidad cultural y concientizando el cuidado al medio ambiente desde la defensa de sus territorios.
La apropiación de estos y más principios para vivir una vida digna ha tenido eco en muchos corazones, en la música, en la necesidad de ver que otros mundos son posibles, pensándonos siempre desde la oportunidad de caminar en lo colectivo. Y para ello, el Hip Hop nos ha dado mil y un formas, mil y un ejemplos de que no solo es una posibilidad. Es una urgencia y un estilo de vida.
En la búsqueda de su identidad
El colectivo Patrulla Roja tiene quince años activo en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Sus reuniones, el conocerse y compartir, iniciaron en una plaza pública, en el quiosco de “La Merced”. En la plática con Fer, Oster y Eddy, compartieron cómo fue que antes de ellos y ellas, existieron otros colectivos que se fueron deshaciendo con el tiempo. Sin embargo, la intención de seguir aprendiendo en el Hip Hop como cultura, y del breaking como uno de sus elementos, no se detuvo.
Entre los cambios que se dieron al interior de Patrulla Roja, el primero fue encontrar su identidad colectiva con un nombre que les resonara. Así, en sus primeros años, y con el gusto compartido por la serie de animación japonesa Dragon Ball Z, decidieron que ellos se llamarían así: Patrulla Roja. Se fue pensando también que, además de convocarse para aprender y conocer a más personas, tenían el potencial para poder trabajar con los otros. Justamente Eddy recordó cómo es que hicieron redes de apoyo para que dos de sus compañeros en aquel tiempo pudieran seguir en la escuela. Aportar desde lo que sabían, les hizo comprender poco a poco que era posible ayudar y conectar con otras causas.
Y Eddy lo resaltaba en varias ocasiones diciendo: “el Hip Hop es una forma de expresión, de poner tu palabra, tu voz, poder decir lo que está pasando… empezamos a conocer otros colectivos de jóvenes que hacen lectura en la calle, cine callejero, nos invitaban para bailar o presentar un documental del Hip Hop. A partir de eso nos empezamos a organizar, a hacer aniversarios de la crew… se empieza a ver un movimiento político del Hip Hop”.
La organización es algo que les caracteriza. Para Patrulla Roja, como a otros colectivos que tú y yo conocemos, poder pausar y tener algún objetivo a cumplir es importante para llevar a la acción distintas tareas que, por más pequeñas que sean, les permiten avanzar. Y tal cual lo dijo Fer: “la forma en que se hace comunidad es muy bonita porque siempre hay espacio para escuchar propuestas y nos apoyamos entre nosotros: eso es lo que realmente incluye a las nuevas personas, o a quienes no practican esos cuatro elementos”.
Al buscar otras maneras de estar compartiendo la práctica del breaking sin la necesidad de la competencia, es que encontraron un campo abierto para ampliar sus conocimientos, la expresión desde sus cuerpos, sus enseñanzas y sus caminos en el Hip Hop. Una de ellas fue la intervención con proyectos de impacto social en San Cristóbal de las Casas.
Breaking, respeto y algo más
Como en cada elemento del Hip Hop, su práctica incluye llevar y aprender más valores que son compartidos con los y las demás. Patrulla Roja comenzó ocupando los espacios públicos, pero se necesitaba algo más para que la gente pausara y entendiera más de lo que estaban haciendo. Darle al breaking el valor y el respeto que se merece, para que en los jóvenes y adultos que los observan exista la curiosidad de saber de dónde viene, para qué está ahí y qué significa para quien lo trata de aprender.
Tal como dijo Oster: “empezamos a gestionar un poco, a promover la parte artística y que se diera a conocer como un beneficio hacia las personas, se fue abriendo una brecha para que se quitaran un poco el estigma, que vieran que no estábamos consumiendo alcohol ni otras cosas, ver el baile como un esfuerzo físico, como un bienestar”. Además, resaltó que “San Cristóbal es un poco así, se está haciendo mucha labor social, organizaciones, compas zapatistas”.
Fortalecer este proyecto no ha sido nada sencillo, el proceso les ha dejado varias alianzas y momentos que recuerdan con cariño porque intentan tener distintos alcances. Oster decía que además de trabajar con infancias, era necesario un proceso educativo que les diera mejores resultados y ver un desarrollo en la comunidad. En esos caminos, los conocimientos y aportes que han obtenido de Zulu y los materiales pedagógicos de la visita de Join Red, un colega hiphoppa colombiano, les dio pistas de como hacer Hip Hop desde allá, en Chiapas.
La pertenencia a algo mayor, el contagiar el amor al Hip Hop, tener otros diálogos y enseñanzas a partir de otras experiencias en distintos territorios como los compartidos por Join, sin duda fue un “parteaguas” del impacto que estaba teniendo Patrulla Roja y un impulso mayor para ser creativos, para poder tener participación en otras temáticas. Sobre todo, cuando se proponen actividades en lugares periféricos porque una vez más se confirma: Allá donde las instituciones de cultura no llegan, el Hip Hop lo hace siempre con una fuerza imparable.
¿Cómo se conectan el Hip Hop con la comunidad?
Una de las preguntas que se debía hacer en este pequeño encuentro de charla, era saber algunas experiencias o estrategias de como se conectan con la comunidad. Después de que Patrulla Roja trabajara con más herramientas y conocimientos desde el Hip Hop, los pasos que han dado también incluyen a más personas: infancias, vecinos, padres y madres de familia, la gente de las plazas o lugares públicos a los que asisten, y más.
En un par de ideas lo resumieron todo: “Después de la pandemia, el enfoque es a la agroecología… y también la parte de Zulu y Abya Yala, vino a expandir el panorama o hasta qué punto puede llegar al Hip Hop en la parte filosófica, ancestral y poder hacer varias conexiones con este contexto, con varios pueblos que hay acá: poder visionar mucho cuál es el potencial que podría tener el Hip Hop con las personas. Recibimos este conocimiento, pero también lo estábamos buscando”.
Y es que vivirse en el Hip Hop no es solo decirlo, es buscar las maneras de que toda esa energía que se mueve alrededor contagie a los y las demás. Para ello, Patrulla Roja se acerca a sus colonias -o barrios- para proponer y compartir lo que ellos saben, lo que quieren expresar desde el baile, desde el rap y la pintura.
Oster, Fer y Eddy comentaba las ocasiones en las que se han vivido rechazos y estigmas a proyectos que incluyan algún grafiti pues a veces para la mirada de los adultos, aquello no pareciera tener algún sentido. Pero cuando ven que han unión, sana convivencia, organización y respeto por parte de quienes pintan e infancias que les puedan acompañar, la percepción va cambiando y se incluyen con el mismo respeto que Patrulla Roja llega a sus espacios.
En ello, y siempre considerando el sentir y pensar de las infancias con quienes trabajan varios de estos proyectos, les han preguntado qué es para ellos y ellas el Hip Hop. Son esas experiencias significativas que pueden compartir las infancias en sus entornos más cercanos. Oster comentaba que “quizá no dan una respuesta de lo que es el Hip Hop pero dicen como lo vivieron: hay una apertura de todas las actividades que han hecho, pero todo eso es en un ambiente Hip Hop”.
¿Será que si seremos capaces de alcanzar a ver lo que el Hip Hop pueda transformar a futuro en estas infancias? No lo sabemos, los días van cada vez más veloces y son muchas distracciones las que allá afuera nos roban la energía. Pero al menos allá en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, hay una herencia y un compromiso social que viene desde el movimiento zapatista en fusión con estas raíces del Hip Hop y que efectivamente tiene eco en el trabajo de Patrulla Roja y más colectivos que se siguen gestando por allá.
Que sean esos aportes los que sigan presentes, pero no se deja de trabajar, de crear, de proponer y de mantener esos conocimientos vivos para que sean tomados y multiplicados en todos los espacios posibles.


